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La cirrosis no tiene curación, pues el daño hepático es irreversible, aunque su progresión es muy lenta. No existe ningún tratamiento que modifique la historia natural de la enfermedad. El tratamiento de la cirrosis ha de dirigirse a evitar o controlar las complicaciones derivadas.

Medidas generales en el tratamiento de la cirrosis

  • Dejar el alcohol.

  • Limitar el uso de medicamentos.

  • Evitar otras enfermedades.

  • Tener una alimentación rica en frutas, verduras y cereales.

 

Trasplante hepático

En todos los casos y, especialmente, en situación terminal, es posible la realización de un  

trasplante de hígado. Este es el tratamiento de la cirrosis definitivo.

Generalmente este tipo de tratamiento se indica cuando la enfermedad se encuentra ya tan avanzada que el hígado no puede funcionar.

Alba Serna, Sara Serna, Laura García y Noelia Alegre

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